Mucho PSOE por hacer

La gran mayoría de mujeres y hombres que nos sentimos socialistas en éste país seguramente coincidimos que las últimas derrotas electorales del socialismo, que hemos sufrido sin ningún precedente en España, han culminado una etapa que ha agotado un modelo de partido pero no de valores. Ha sido un periodo de muchos esfuerzos, de mucho trabajo y dedicación por parte de muchos y muchas militantes que lo han hecho desde sus respectivas responsabilidades, pero que sobretodo lo han hecho desde el compromiso con las ideas. Un periodo que consecuentemente también ha sido testigo de grandes logros sociales y de derechos civiles.

Pero es evidente que todo eso no ha sido suficiente. Tenemos motivos para reivindicar el protagonismo de una revolución histórica de ideas encaminadas a conseguir mayores cuotas de libertad, derechos civiles y sociales, igualdad y seguridad…, pero los ciudadanos y las ciudadanas continúan padeciendo, primero las consecuencias de una crisis económica y financiera en aumento, devastadora de miles de puestos de trabajo, que ha impedido e impide el progreso personal y colectivo de la sociedad. Y segundo, las consecuencias de los errores que hemos cometido la familia socialista, todos juntos, en éstos últimos años desde una perspectiva política, ideológica y de estrategia.

Sin ninguna duda la crisis ha sido el principal motivo de las últimas derrotas de los socialistas, pero también hemos de reconocer que esas derrotas han sido por nuestra incapacidad de nombrar a la misma crisis de la misma manera que lo han hecho los ciudadanos y las ciudadanas, esos que con mucha confusión y preocupación han visto como se aplicaban políticas ajenas a nuestra orientación ideológica y a nuestros valores. Nada ha estado malintencionado, pues todos los esfuerzos de nuestra acción de gobierno buscaban poder salir de ésta maldita situación y generar riqueza, puestos de trabajo…… ¿Que ha pasado? Pues que no hemos sido capaces de equilibrar entre los débiles y los poderosos los esfuerzos que teníamos que hacer, reclamados por los gobiernos más conservadores de Europa.

Pese a ello creo que esos toques de atención de los ciudadanos i las ciudadanas han de ser una oportunidad para la reflexión. Creo que desde la serenidad hemos de ser capaces de ordenar el rumbo para volver a recuperar la ilusión de cientos de miles de afiliados y simpatizantes y de millones de personas, que pese a todo, depositaron su confianza en el socialismo y de aquellas otras que no lo hicieron alejados de nosotros pero no de nuestros valores. Todas esas personas no esperan la resignación de un PSOE derrotado, sino una respuesta sincera y una rectificación clara y contundente de nuestra manera de hacer política.

Es por eso por lo que los socialistas y los progresistas necesitamos un PSOE fuerte. Una estructura que asuma un cambio en la organización, en la forma de hacer política, que asuma una nueva relación con la sociedad para ganar la credibilidad perdida, un liderazgo democrático y colectivo con la máxima participación. Un PSOE más grande, más abierto, más transparente e integrador que erradique las visiones cerradas y que impulse una cultura política interna basada en la libertad y la fraternidad.

Los medios de comunicación han puesto de relieve sobre la escena política las personas que pueden o quieren dirigir este partido, eso puede estar muy bien para satisfacer la curiosidad humana, pero caeríamos en un error si entráramos en el debate de las personas solamente. La reflexión para el futuro del socialismo español, no ha de ser quien se equivocó, si unos estaban allí y los otros no….. Sino por qué nos equivocamos.  Los aciertos y los errores de ésta etapa, por acción u omisión, en mayor o menor medida, son atribuibles a todos los que estamos en esto.

Por tanto nos equivocaremos de nuevo sino situamos en el centro de nuestra preocupación política la situación concreta de los trabajadores y las trabajadoras, las de los jóvenes, la de los pensionistas, la de los trabajadores autónomos, la de las clases populares y más humildes de nuestro país y la de todos aquellos i aquellas que quieren vivir en una sociedad más justa.

Hemos de recuperar la pasión por la política. El 37º Congreso del Partido Socialista Obrero Español que se celebrará en Sevilla el próximo mes de febrero, abre una nueva etapa, pero sobretodo abre la oportunidad de revisar su organización y de afrontar el mejor camino para recuperar la relación con la mayoría social y de progreso.

En 132 años de historia el PSOE las ha conocido de “todos los colores”. Hemos tenido situaciones propicias y adversas y algunas incluso extremas. Han sido muchos hombres y mujeres los que han dado lo mejor de sus vidas y en ocasiones la misma vida, por la  defensa de unos ideales de izquierda. Éste partido se ha convertido en la fuerza más antigua de España y eso no es baladí. Somos lo que somos, entre otras cosas, gracias a nuestra capacidad de reconducir las peores situaciones, sin resignación que valga y con el orgullo de ser socialistas.

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